«que ni el descuydo de sus coronistas: ni la mengua de sus pregoneros: ni la soƱolienta lerdez y negligencia del tiempo les ha podido ni en parte menoscabar su tan merecido pregon y gloria: antes con su grandeza vemos que lo han vencido el orin y carcoma del torpe silencio: que de floxo vil e ingrato lo digno de memoria trabaja no solo de borrar: mas por lo sepultar para siempre: parecieron mas de»