«la postre no paro fasta embiar la emperadriz a Barcelona y mandar·le que si de su amor desseaua gozar que nunca delante le viniesse sin traer consigo el egregio conde que tanto le hauia obligado con su sobrado esfuerço y grandeza de coraçon y virtud: que no fallaua con que le pudiesse ni asaz responder a sus tantos y tan subidos merecimientos. Non emperezo la emperadriz entonce en cumplir el mandado del emperador: y ende mas de»