«tu maldeziente, a·qujen mis dichos yo bueluo: que segunt opinyon del que arjas tu juzgar: abastar te debrja de·lo que Dios se contenta que es del perfeto querer pues que fue entre ellos confirmado. § La graueza de·las penas en·los turbados coraçones de·los apasionados amadores tanto obrauan: que salvar se la ujda supida la muerte de·la madastra y costrenjmjento de·la fija: todos aquelos que jnformados de·la verdat lo»