«en las sus desauenturas me halle tomando aquell refrigerio de·las visiones ya dichas: y como a cabo de dias me aquexo mantenimiento veyendo que a Pamphilo las yeruas solas le dauan dulçe comer no menos yo comence su verde gusto: en cuya vida pues que a·la senyora Gradissa plaze yo consiento en ello. Mas no quiero dexar dezir lo que aqui me parece: y siquiera porque mi mal y seruir no agradecido recuerden a Gradissa»