«quien non sabe callar, non sabe fablar; munchos pecan fablando, e pocos falleçen callando; asy que antes quieras escuchar que non fablar. Caton dize: a ninguno jamas non enoja el callar, mas el muncho fablar, e sy tu quieres ser cortes, non seas burlador, e con intelecto responde a tu proximo; en otra manera sea la tu mano dentro de·la tu boca, porque non seas represo en las»