«morir por la virtud no para: y para cumplir con·la perdida que muriendo faze: ca la vida de vn virtuoso no tiene precio: ni hay quien aca la pague ni con quanto el mundo tiene: como fasta el Aristotiles dize: que ni las estatuas que los romanos le fazian: ni los cantares tan altos de alabança y tan dulces que le cantauan: ni las coronicas que del muerto escriuian: ni quantas coronas»