«los sacerdotes llorando y gemiendo con tal amargura que a·la madre dicha Maria boluer no le pudo respuesta alguna quando demando de su dulce fijo. En·el mismo lugar quedo la bendicha muy cobdiciosa de ver a su Christo fasta que al otro dia mañana je·lo passaron atado delante: la qual amargosa sobre amargura siguio sus pisadas fasta la casa de Poncio Pilato. § Dende a poco espacio vimos vna yglesia ya desolada solo ceñyda de algunas piedras»