«no se fallaria quien cure la rabia de auaricia con melezinas de·la pobreza no biue tal hombre: quien la hinchada llaga de·la soberbia pueda bien curar con el empastro de·la humildad no lo sabemos: y la fedeonda luxuria donde no penetra donde no rompio fasta ser subida entre las purpuras de sillas reales y no ha dexado fasta la toga de melezina. Dulce naufragio carga liuiana estrecha fortuna mas agradable: pues el veneno de»