«quales personas passan por el pelegrinatge humano que no combata amor. E quales combate que no se rendan. E quales se renden que no cometen eradas. Por cierto pocas o no njngunas. E si de·los ombres los muy solicitos los muy scientes e los mucho ferosces por propia jnduccion amando fallescen, las ociosas e febles mugeres continuamente requeridas es marauilla errar. Yo veo que quando con omildes ruegos, quando con esforçadas juras»