«vieja viendo aquel estrangero turbado e gemiendo: mouida de misericordia le pregunto: que mal avia por que estaua assi tribulado. El qual le reconto toda su fortuna por extenso: segund e como le avia acaescido con aquel ombre de grand fama e leal. La buena vieja le començo esforçar: diziendo le que tuviesse buena esperança: por que con·la ayuda de Dios si verdad era lo que el dizia: ella le entendia de»