«da gran temor a mi cor e envergoña la mi cara: mouimiento de çibdat, razonamiento de pueblo, falsia amagada, mas sobre todo la boca que miente, ca mata el anima. Dize mas: enantes deue ome amar el ladron que non el continuo mentidor. San Gregorio dize: por la mentira de·los mentidores la verdat a penas es creyda. Platon dize: aquel que dize aquello que non sabe, apenas sera»