«perfida hueste. Los turcos al alba y sol saliendo fueron se ayuntando a·la caua con esturmentos acostumbrados gozando se todos con la victoria que ya esperauan: los nuestros arriba en·el pomerio dauan la grita de hora en hora con·el estruendo de·las trompetas. El noble maestre muy bien ordeno todas las guardas en·los adarbes donde corria la necessidad: fueron escogidos muchos caualleros para el socorro de quien lo pidiesse: el principe mismo»