«conosciessen ser hombres mortales: e con sperança de luenga vida, o de grandeza de potencia, o mundana gloria, no se ensoberuiessen: mas hauiendo memoria ante los ojos de·la muerte, en todas las cosas fuessen humildes. E por esso dize el Psalmista. Sepan las gentes, que son hombres: hombres digo de tierra, o barro fechos: e por consiguiente mortales. Ca lee se a .xij. capitulos del Ecclesiastico .»