«entonce para Dios y reclamo con lagrimas la misericordia de aquel: reconoçio sus pecados y faltas y fizo d·ellas la mejor emienda que pudo. Y reçebidos a·la postre con mucha deuocion y acatamiento los sacramentos de·la yglesia rindio el bienauenturado espiritu en las manos del que le crio. Acabo la excellente clara y famosa vida a·los cinquenta y cinco años de su edad: despues de hauer tan victoriosamente reynado por nueue años segun»