«partio·se luego el infante y fue se a remediar aquel daño. Fuyeron los caualleros que suffrir no podieron no digo la bienauenturada presencia del siempre venturoso principe don Jayme que ya no assomaua mas ni la de·la ymagen real y biua de aquel que el primogenito era: fuyeron y no pararon fasta dentro en sus fortalezas: y d·ellos fueron çercados y d·ellos en fin presos y muertos: y en especial don Fernan Sanchez»