«tan chica quantidad: que la aue non podia beuer d·ella: saluo trastornando la: e non bastaua para ello su fuerça: por que era pesada. E assi mouida la corneja de impaciencia pensando toda manera de ingenio que podia considerar: para que pudiesse satisfazer a la sed de que quasi queria morir: cogio de·las pedrezuelas que podia traher con·la boca: con·las quales echando las en·la herrada dentro fizo crescer»