«cristianissimo que tal zizaña en su corte reynasse mas embiada y prestemente su magnifica y solempne embaxada a corte de Roma para el principe soberano de toda la cristiandad que es el papa con gran golpe de catiuos cauallos y ricas joyas suplico a su sanctidad que mandasse poner silencio en·este quexo de sus prelados tan injusto porfiado y rebelde. Alegro se mucho el summo pontifice con la dulce nueua del vencimiento tan grande: y acepto con sereno»