«la de qualquiere maldad. Creed me hermanos: que tanto seremos entonce seguros de su presencia: quanto agora trebajaremos en ser sospechosos de·la pena. Por·cierto si alguno de vosotros houiesse de disputar su causa en mi juyzio como aduersario, quiça no dormiria toda la noche, e estaria pensando consigo: que es lo que me podria dezir, e que responderia a·las razones de su aduersario e temeria mucho que no me fallasse»