«al d·este señor de·los amores en quanto dios, pensad que discrecion es aver·lo visto con la tibieza del escreuir, que la del fuego pintada al que verdaderamente arde yo he verguença de mj mesmo y tengo lastima de venir esta escriptura a manos de orador tan perezoso que tantas cosas y tan dignas de memoria se escriuiesen en tan breue suma. Qual floxura o mas ayna mengua de saber me quito alguna de·las cartas»