«suerte no la podra doblar ni boluer. Esto que digo ahun que pareçe ser peligroso dudar no cumple porque no lo es. Despues que tajada je·la houieren sea le quemada con fierro caliente: y si touiere la lengua muy ancha corten la vn poco de cada parte: y quemen la luego en lo tajado. Y quando fuere ya guareçido echen le el muesso que mejor le venga. § Capitulo .xij. en·el qual comiença de»