«y tanta fue la excellencia que nuestro Señor le dio que fasta su aduersario le deseaua por heredero: su mismo carçelero le pidia por señor: toda la corte del soberano pontifice toda se mouio toda se esforço a librar el venturoso niño a estorçer el esclareçido y pujante donzel del tan indigno posseedor de tan alto y real thesoro del conde don Simon de Montefuerte que le guardaua como la vida con desseo de·le alcançar para yerno. Mas»