«y los tantos otros arreos de filo d·oro tirado y de martillo que le fueron presentados quien los contara? No lieua cuenta ni precio lo que le fue presentado: luego para el otro dia el rey pujante mando llamar cortes: y assentado en su rica silla real en presencia de·los tres estados el mando leer las cartas publicamente y a vn publico escriuano de·los de su corte que le truxieran sus mensageros el estando dentro»