«dauan en suelo y por tal forma que la primera vista delante ya parecia ser despoblada. Attonitos fueron los pensamientos y coraçones de alguna gente por tal destruycion: empero entonce el buen capitan entre sus nobles y caualleros andaua llamando con muy gran esfuerço el fauor diuino touiendo sperança en Christo Jesu y en·la virgen su madre bendita con su aduogado sant Johan Babtista que le daria fuerças y formas para defension: mucho resforço los animos buenos y con»