«eran obligados a le acudir siempre que fuessen llamados por el: y assi lo pusieron por obra: tan grande fue la hueste que se llego en Çaragoça que han osado algunos escriuir que desde el rio de Gallego que llega cabe la ciudad fasta la villa de Çuera tenia la gente: el conde don Garcia como siquier en·esto fino cristiano de que vido ser tanta y tan sobrada la morisma que se hauia llegado: temiendo el»