«quieren ni la ciudad los recibe ni el real los acoge mas todos se les demuestran enemigos: era dolor grande ver tanta desauentura en sus mismos cristianos que fasta sus debdos parientes y amigos los embian a·la muerte. Lloran los tristes dan vozes al cielo reclaman se a Dios: do fallecen fasta los debdos naturales fallece la patria y la propia ciudad: suple la magnificencia real del clementissimo rey: no puede el magnanimo coraçon del»