«con grand angustia en·la mesma ribera: pidiendo ser socorrido en su necessidad de dios. Oyendo esto dios Mercurio mouido de misericordia d·el: aparescio al carpentero preguntando le de·la causa de tan grand su quexa e lloro: e recontada la causa: e oyda por Mercurio: el le traxo vna acha de oro: e pregunto al fustero: si era aquella acha la que avia el perdido: el qual le respondio:»