«e puede·se aconparar la virtut de·la verdat a los fijos de·la perdiz, ca la vna perdiz furta los fijos a la otra, e quando viene que los fijos son nasçidos, por propia natura conosçen su madre. Todo asy es de·la verdat, ca cubre el ome tanto como quiere; la falsia que ha la cabeça detras la verdat aparesçe a luz. Dize Aristotiles: aquel que ama la verdat, la»