«fallaua quien la siguiesse: y quien por ella toda afruenta esperasse: porque a·las vezes fasta en·los enemigos fallaua fauor y abrigo: quanto mas entre los amigos. Fue tanta en fin la dicha d·este rey magnanimo que fasta sus criados no sabian sino vencer en su absencia: era siempre su noble suerte presente: corrio su grande almirante don Roger de Luria digo las mares de·la Calabria dio vista fasta la ciudad misma de Napoles»