«e quien guarda su boca, guarda su anima; e quien non piensa en sus palabras, fallar·se a mal. Sy quieres castigar nin dir mal de otro, guarda que tu no seas reptado de algunt mal; que estraña cosa es ver vna paja en el ojo de su vezino, e no ver en el suyo vna biga. Caton dize: d·aquello que tu dizes mal, guarda que tu no lo»