«que parece que al don Remiro tenia el para las afruentas para las batallas y fechos de gloria y a·los otros para los deleytes y fiestas: y assi entre los conuites y mundanos plazeres naçen los escandalos recrecen las malicias y siguen los grandes inconuinientes. Y assi leemos que el rey don Rodrigo estando folgando en su corte se enamoro de·la fija del conde don Julian y acometio aquel crimen desonesto de que naçio el perdimiento de»