«tanto ardido que no tiene miedo de entrar por las lanças. Y quando fuere esto ya fecho le deuen echar encima la silla: y con vna verga en·la mano caualgar le despues mucho seguro porque no tome algun mal vicio en arrojar se luego: poniendo el pie en·el stribo. Y adreçadas muy bien las riendas: y las faldas cogidas mueuan le quedo: en tal manera que andar le muestren con buena gracia:»