«la discrecion del reuerendissimo señor maestre el qual mando luego poner dos guardas: vna en·la cerca de la juderia: otra luego cabe la estancia de los ytalianos las quales eran quasi derrocados por los muchos tiros: y mando que dende ninguno se partiesse sino que por el fuessen llamados. No hay alguno que bien juzgando pensar pudiesse que la salud de toda la ciudad no fuesse puesta en guardar la torre: por·ende todos aconsejauan»