«quanta es la locura de·los hombres. Turpissimos votos a·los dioses jnsussurran. Si alguno allegara la oreja callaran. E aquello que no quieren los hombres saber a·dios cuentan. Vee pues si aquesto saludablemente pueda ser mandado. Asi biue con los hombres como si dios lo vea. Asi fabla con dios como si los hombres lo oyan. § Fablo con mi tu amigo de buena jndole. En el qual quanto de animo fuesse»