«y nuestro apetito por no tener lugar çierto qujere y no qujere cadaldia mil cosas: como presumjs vos que solo palabras fuesen sufiçientes de defender ni qujtar lo que natural condiçion jnclina a fuerça? De otra parte no me maraujllo por que todas las cosas son conoçidas y entendidas segunt condiçion y saber de aquellos que las conoçen: y aqui s·enganyan muchas vezes: como aquel que jugando al exadrez, y por jnnorançia lo perdio .»