«Dios no quiera que merecido haya a Fiometa quexar de mi coraçon: mas si amor y gran deseo la querellan a gran deuda me es obligada: pues yo a·ninguno mas lealmente amar·la no le conozco memoria: mas lo que las voluntades dessean no deue hombre hazer lo todo: que si mi querer y el suyo contentassemos contentariamos la vengança de nuestros enemigos. Y como son aquestas cosas ligeras de agrauiar y mucho dificultosas de»