«la qual no les dexaua tomar vengança de·las cruezas d·ellas rescebidas, en tan grande aprieto los tentauan que nj les valia orar nj rezar rogando a Dios que los escapasse mas d·ellas como del diablo que tiene meior cuydado de sus almas, les fazian renunciar los habitos de religion tan estrecha y si alguno en mas breue tiempo que los otros no se podiendo defender mas, vino las manos atadas a sus mandamyentos, despues»