«primogenito no le osaua contradezir como deuiera porque le vehia tan enojado y tan fuera de si que no pensaua poder le amansar: mas templaua quanto podia la saña que tenia: y pidio le por merçed que lo mirasse mejor que ciertamente feo le pareçia hauer de poner la lengua en la honestidad de su madre de quien nunca tal se dixiera: y que sus fijos la criminassen de tan feo caso no ge·lo podiendo assi prouar»