«que con su famulo Ysopo avia consultado. E oydas sus palabras toto el pueblo le rogo con grand affecion: que luego fuesse alli traydo Ysopo. El qual venido ante ellos: e vista su mala disposicion e fealdad menospreciauan lo: e escarnesciendo d·el fazian juego: dizientes: e que otro mayor aguero puede ser que su cara? E non es de creer que ayamos de oyr alguna cosa de bien de ombre tan suzio»