«entonces te administraua sabrosos manjares, y los mis altares que con deuotas plegarias visitauas en aquel tiempo era yo seruido y te era yo adorado, y era yo tu dios, y si yo en aquella sazon muy grandes mercedes te hize no era deuda que para adelante no pudieses tener obligado las cosas graciosamente dadas, como sin precio las vuiste sin culpa te las pude tomar, y nunca en esta vida ay cosa asi de pena»