«tal segunt su condiçion requerja, y sin tardar las tales palabras senbraua. Y que me truxiste? La criada vino a considerar algun error aver cometido, e de berguença la su cara mas colorada que vna rosa se mostraua y asi atada d·aquella y temor mas de·los oios que de·la lengua se sirbiere: mas la graçiosa senyora considerando el su temor en tal manera le dixo. La tu edat no te condenna:»