«la magestad que venia: y despues requirio al sacerdote que le oyesse de confession. Confesso publicamente y manifesto las marauillas sobradas que el sancto misterio en·el demostrara: y ofrecio·se al seruicio de Dios y renunciado el mundo y sus vanidades encerro·se en vna sancta hermita donde siruio para siempre a nuestro Señor. Fasta los mismos ladrones oyeron tantos cantares en·el cielo al tiempo que la magestad asomaua que fueron vencidos de·la tanta»