«llenas velas al puerto de Rodas. Las dichas dos fustas nueua leuaron que mucho consuelo dio al maestre con toda su gente leyendo las cartas del sancto padre que amonestaua los animos suyos como de fijos: dezian que otros nauios deuian muy presto llegar y que aparejauan muy gran armada no solamente para el socorro empero ahun para destruyr toda la hueste. Los de Rodas viendo ya su remedio dezian alabanças del papa Sixto quarto de su nombre»