«cauallero consejar a su prinçipe que vse de franqueza e non tracte mal sus subditos e vassallos o seruidores que deue tener en cuenta de fijos. Nin los çiegue por pechos o demandas desaguisadas siquiera non ministrando lo que ha nesçessario. E el fuere tenudo. E non deue dudar el coraçon caualleril con·la humildat que deue toda via reprehender al rey o a otro señor a quien sirua en tan razonable caso. Con aquellas palabras reuerençiales»