«con mi callar atorgue quanta razon de se quexar tenia: y asi el afligiendo se y yo no menos passamos todo esse dia. Y venida la noche enemiga de todos los coraçones tristes con tales solennizadas fiestas por la nueua vida me festeiaron: que llegada la muy scura y muy tenebrosa noche en la muy fria montanya por no hauer acustumbrado yo de andar asi desnudo sentian las carnes las fuerças de·los muy agudos vientos. Pero»