«fue alla asaz estouo marauillado de·la vista de·la sierpe por su desvariada figura e muchedumbre de ponçoñosas cabeças. Con todo eso non dudo de prouar por tajamiento sy pudiera aquellas derribar cabeças. Cuydando que antes que otras nueuas cobrasen el ponçoñoso poderio. Las que quedasen serian de tajar acabadas. Mas la natura e propriedat syngular e desconueniente de·la dicha ydra vsando de su condiçion. Quanto mas Hercules se apresuraua en tajar las serpentinas»