«en vn profundo suelo de torre tan ascoroso fediondo y mortal que ponia pauor y sombra: ferrojadas las piernas y puestos los pies en vn gran çepo y a·la garganta vna gruessa cadena y perdida la esperança de salir nunca de ahi. Agrauiado pues de tantas y tan graues penas començo de reconoçer se y partir mano de toda la confiança que en·el mundo tenia y boluer se todo a Dios como a solo remediador de tan»