«dios, y si yo en aquella sazon muy grandes mercedes te hize no era deuda que para adelante no pudieses tener obligado las cosas graciosamente dadas, como sin precio las vuiste sin culpa te las pude tomar, y nunca en esta vida ay cosa asi de pena como de plaçer que por siempre dure, que cada dia de cient mil accidentes no a mj causa venidos se mudan las enamoradas voluntades, y ninguna cosa ay estable»