«vezerros para comer. E como la auezilla estas cosas le prometiesse: el la dexo volar: e puesta ella en su libertad: dize le. Esta sea la primera enseñança: que non creas a·todas palabras que oyeres: señaladamente aquellas que non parescen verdaderas. La segunda dotrina que guardes lo que es tuyo. La tercera e final que non te duela de·las cosas perdidas: las quales non puedes recobrar. Acabadas estas»