«que deuiesse admeter·le: mas nunca el cristianissimo rey como principe de real coraçon y nunca vencido quiso ni escuchar·lo: antes de que vido que lo assi osauan publicamente affirmar les dio primeramente con·la verguença en·los ojos: y les cargo despues mucho mas las consciencias: porque tan sin reconoçer lo prometido por todos osauan tocar en caso de perjuros: y oluidar tanto sus consciencias y honrras que offendian y quebrantauan aquel solempne juramento»