«el caer non sea muerte, por morir syn guarir. Qu·el mesmo dize: soberana virtud es quien sabe refrenar su lengua, e quien guarda su boca, guarda su anima; e quien non piensa en sus palabras, fallar·se a mal. Sy quieres castigar nin dir mal de otro, guarda que tu no seas reptado de algunt mal; que estraña cosa es ver vna paja en el ojo de su vezino,»